Me pregunto
a veces
cuánto de mí hay en vosotros,
cuánto de vosotros
quedará en mí.
martes, 18 de agosto de 2015
viernes, 16 de enero de 2015
Tiempo
No estoy hecha para llevar el tiempo en las manos, para cargar con él y mirarlo constantemente como si fuera un niño dormido en su cuna. No puedo arrastrar el tiempo conmigo y esperar que no se rompa con la fragilidad de una hebra seca de trigo.
No, no puedo llevar al tiempo conmigo, porque me pesa y lo olvido en cualquier esquina y no vuelvo a encontrarlo, o me mira rencoroso desde sus párpados inmóviles, como un Polifemo desafiante ante nadie. Porque nadie responde a la pregunta del tiempo, ni el tiempo mismo que corre por los surcos y aparece con cada enfado y cada sonrisa.
No, no estoy hecha para llevar al tiempo, una copa de fino cristal en las manos de un niño.
No, no puedo llevar al tiempo conmigo, porque me pesa y lo olvido en cualquier esquina y no vuelvo a encontrarlo, o me mira rencoroso desde sus párpados inmóviles, como un Polifemo desafiante ante nadie. Porque nadie responde a la pregunta del tiempo, ni el tiempo mismo que corre por los surcos y aparece con cada enfado y cada sonrisa.
No, no estoy hecha para llevar al tiempo, una copa de fino cristal en las manos de un niño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)